Dicen que la
distancia puede; dicen que la distancia vence; dicen que hace olvidar; dicen
que hace daño. Por más que lo pienso, es cierto, pero no quiero. No voy a
creerlo. Tú olvidas si quieres; tú te rindes si quieres; pero lo que es verdad,
y no puedo negar, es que hace daño. Un daño que ni siquiera sientes pero está
ahí, removiendo sentimientos inalcanzables que te hacen pensar y pensar, y no
parar de recordar. Lo intento, de veras que lo intento, pero es un dolor
insoportable, uno de los peores. En apariencias parece no afectarme pero por
dentro no puedo decir lo mismo. Soy feliz y la gente me ve feliz pero es
felicidad es porque sé que me quieres sin embargo no puedo evitar estar triste.
Pero por eso no voy a rendirme, el sentimiento es más fuerte que todo ese daño.
No voy a olvidar, no me voy a rendir, no. Hasta que te vea aquí, a mi lado. He
hecho muchas locuras a lo largo de mi vida, por una más no creo que pase nada;
estoy dispuesta a esperar. Mientras me queden fuerzas no me rendiré, además
¿quién dijo que el amor es fácil? El amor es felicidad, esperanza y
sentimientos, y aunque sea doloroso decirlo el daño va incluido por más que lo
quieras evitar. Para conseguir lo que quieres tienes que trabajar y si la meta
es llegar hasta a ti ¿qué más da lo que me cueste? ©
