domingo, 7 de octubre de 2012

EL CIELO AUNQUE NO LO VEAS SIEMPRE ES AZUL :3


¿Alguna vez has tenido esa sensación de volar? Cuando sientes que todo el mundo es tuyo. Ves a las personas pasear y nadie se da cuenta de que tú estás allí, observando cómo cambian sus vidas. Ni siquiera se dan cuenta del mundo que les rodea. Pero, da igual, sigues surcando el cielo azul, sin problemas. Subes y subes y cada vez más. No puedes parar de sentir, de volar. Todo es perfecto; nubes blancas, cielo azul, maravillosas golondrinas cantando al mismo son que tu felicidad.

A lo lejos ves la primera nube negra; te asustas, pero sigues subiendo para ver otro claro. Pero de repente ves como todo el cielo se tiñe de enormes nubarrones de odio. Los rayos duelen, los truenos retumban en mi cabeza y las primeras gotas empiezan a caer. El violento viento agita tu piel sin protección, sin fuerzas; débil como cada gota que rompe en el suelo. Y entonces caes. Te encuentras derrumbada en el suelo con moratones y heridas internas que nadie ve. Ahora estás ahí abajo como todas esas personas a las que observabas. Las ves pero ahora ellas también te ven a ti. No puedes esconderte. Tu alma grita sin poder sacar voz. Miras al cielo ¿dónde está? ¿Se ha ido? El dolor confunde tus ideas; las cosas ya no soy lo que parecían. Quieres volver a poder sonreír. Tu vida cambia al igual que cambiaban las otras. Ahora no puedes ayudar, necesitas ser ayudada. Vuelves a esa añoranza, a esos recuerdos que no olvidas. Ves como los demás ascienden, suben a ese cielo donde tú un día estuviste. Ni siquiera lo intentas, das todo por zanjado. Las alas con las que naciste no volverán a crecer; se han roto. Sigues andando y ves como la gente sigue elevándose. Esa sonrisa que hay en sus caras, una vez la tuviste.

Decides pararte; ya no hay nada por lo que seguir. Hace tiempo que no lo miras; ese cielo nublado que siempre ha habido encima de ti. Entonces decides mirar; ¡es azul! Parpadeas muchas veces; ya no sube, las gotas se han secado. Vuelves a ver nubes blancas y el cielo es más azul que nunca. No puedes creerlo pero esas alas vuelven a acompañarte. Están a tu lado. Una leve sonrisa deja caer por tu boca. ¡Quieres volar! Pero has perdido la práctica. Lo intentas, lo vuelves a intentar y sigues. Ya te da igual todo solo quieres conseguirlo; eres como una pequeña golondrina aprendiendo a desenvolverse en un mundo fantástico, aunque también lleno de decepciones.

Por fin vuelves a alfar el vuelo. Tienes miedo de subir, de mirar abajo. Pero miras esa felicidad vuelve a ti. Las nubes me acarician la piel con suavidad. ¡Quieres subir! Quieres estar por encima de ti misma. Quieres estar en ese mar llamado cielo en el que nunca te hundes. Junto a tus alas, esas que te han devuelto a la vida. Esas alas que vieron que estabas sola y te ayudaron. Pero piensas; ya no quieres volver a caerte y bajas un poco. Ahora estás más estable. Subes, bajas pero te das cuenta de que esas alas se desgastan. Ves como la primera pluma se cae y desciende poco a poco. No puedes remediarlo; está volviendo a pasar. Al menos, oyes como los truenos se escuchan a lo lejos, los rayos no hacen tanto daño; pero hacen, y las plumas siguen cayendo. Lo vas controlando, pero ves como se va desojando toda tu felicidad. Desciendes poco a poco como si fueses una de esas plumas que se desprenden de ti.
 
Tocas suelo, pero esta vez es diferente, es más sube. Sigues con esa angustia dentro pero esta vez no te vas a rendir tan fácilmente. Vas a seguir mirando al cielo de vez en cuando con esa esperanza de que, seguro, otras alas vuelvan a ti; más fuertes, más grandes pero a la misma vez más cariñosas y duraderas. Seguirás practicando; nunca olvidarás lo que es volar. Alzarás vuelo estando en tierra y te darás cuenta de que si caes es porque esas alas no eran de verdad sacadas de tu corazón; eran las alas que te ilusionaron por un momento. Ahora has comprendido el por qué no hay que volar tan alto; cuando más alto estés peor será la caída. Y te darás cuenta que unas de esas alas no te abandonará, y será el momento perfecto para iniciar un nuevo vuelo que disfrutarás durante el resto de tus días. Y sabes que tendrás que pasar tormentas, pero las afrontarás y las pasarás, y volverás a ver ese cielo azul que cada vez es más grande.


 

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