No sé cómo, pero
has vuelto a mi vida. Mis sentimientos parecían haberme abandonado. Pero no. Me
he dado cuenta de que, por más que creyera haberte olvidado, no ha sido así.
Creía que te habías ido, creía que ya no te sentía pero lo que no sentía era mi
corazón; mi corazón no latía. Yo ni siquiera lo sabía hasta que te vi, hasta
que te volví a ver. Un remolino intenso de sentimientos alborotaba mi pecho; mi
corazón volvió a latir, volví a existir. Cada pedacito de este pequeño musculo
recordó todo aquello por lo que un día soñé, por lo que nunca dejé de soñar y
me hizo volver a sentir, sentir que todavía te sigo queriendo. Me encanta
volver a escuchar esa música que se forma dentro de mí, todo gracias a ti. Me
estaba engañando ¿cómo he podido estar tanto tiempo intentando olvidarme de ti
si en realidad nunca lo he hecho? Nunca he querido borrarte de mi mente. Tú
fuiste el único que dio vida a este pequeño saco de venas que me hace seguir;
seguir por algo que nunca tendré. Pero sonrío; sonrío porque, ahora, cada vez
que mi mano toca mi pecho ese “boom, boom” que nace dentro de mí es tuyo. El
recuerdo de solo haberte visto me provoca una sonrisa que solo tú sabes
sacarme.
Sé que no haces
nada, solo eres tú, pero el hecho de ser tú es lo que me hace apreciarte.
Cuando te acercas mi corazón se enciende, va a mil por segundo. Volver a sentir
tus labios en mis mejillas, volver a ver esa sonrisa que nunca cambia aunque el
tiempo pase. Volví a experimentar lo que una vez hace mucho tiempo me hizo ser
yo; me forjó como persona. Tú eres la causa de los cambios que he producido en
mi vida desde que te conocí. Y sí, intenté olvidarte, pero en eso se quedó; en
un intento. Jamás volveré a intentarlo, se que la vida me unió a ti, aunque no
sea para nada, pero te conocí, y eso ya es mucho para mí. Sé que nunca me
querrás aunque se supone que hay que tener esperanzas, pero yo ya lo tengo
claro, no te preocupes, no hace falta que me quieras, solo sé feliz.
Solo necesito
desahogarme porque nunca te podré decir a la cara todo lo que siento, ya que
soy una cobarde y me escondo detrás de cada palabra que escribo para que nadie
sepa que esto va exclusivamente dirigido a ti. A aquella persona que con solo
mirarme me hace sonreír, que hace que la cuerda floja por la que vaga mi
corazón se tense, haga un lazo y mi vida quede atada a tu sonrisa, arrastrando
así la pena que llevo dentro y que escondo detrás de cada suspiro que sale de
mi boca. Puede que esté encerrando a mi corazón; con el paso del tiempo le he
ido metiendo en una caja cada vez más pequeña. Viniste tú, de nuevo y mi
corazón estalló se deshizo de la caja y ahora está sin protección. Nada más
quería eso, proteger lo que más quiero. No quiero sufrir pero ni siquiera me
daba cuenta de que ya estaba sufriendo. ¡Libre! Eso es lo que intentaba decirme
mi corazón; que sin ti, no era nada, que sin ti, la libertad no existía. Por
unos instantes creí que era mentira, ahora me doy cuenta que yo no soy nada si
no te quiero. No sé cómo he podido estar tanto tiempo sin oír tu risa, sin
contemplar esos ojos que todavía siento dentro de mi retina y que cuando sueño,
te veo y que cuando me despierto vuelvo a cerrar los ojos y te imagino, te
pienso, te siento tan cerca que hay veces que me asusto; me asusto porque nunca
te he tenido tan cerca.
A mi lado, sí, eso
es lo que quiero. Sé que es difícil pero lo pienso, lo sueño, y lo vuelvo a
pensar. No puedo remedarlo: Te Quiero. Has cambiado pero sigues siendo el mismo
chico que conocí. Esa personalidad que te hace tan especial. Esa niñez que va
madurando por momentos. Ya no soy tonterías, ni lo eran pero siempre es
diferente querer en los primeros momentos que cuando ya se ha forjado una base
de pensamientos, crecemos, nos damos más cuenta de las cosas, de que
sencillamente no hay que perder el tiempo. Y no es que antes te quisiese menos,
pero es que cada día te quiero más. Siempre voy a quererte un poquito más que
ayer. Y es que no sabes las ganas que me entran de ponerte un comentario en tu
tablón. O, ahora, vuelvo a buscarte para ver si estás conectado y, aunque no te
hable, no me faltan ganas de hacerlo. Pero por más ganas que tenga siempre está
el “¿qué pensará? ¿Qué dirá?” y no puedo, el alma se me cae al suelo. Tanto
tiempo sin hablar, sin saber qué piensas; se me retuerce el estomago de no
formar parte de tu vida. Solo soy un recuerdo, una vieja amiga con la que una
vez te lo pasaste bien, recuerdos que se quedan sepultados detrás de todos tus
otros recuerdos que después vinieron, en los que yo no estoy. Al menos sé que
eres feliz o eso aparentas, aunque yo creo que siempre lo has sido. Habrás
tenido baches como todo el mundo pero tú siempre te has levantado de la mejor
manera; sonriendo, apoyándote en tus amigos, esos que siempre están a tu lado.
Te admiro. Yo siempre me escondo en la soledad y tú en cambio buscas siempre el
apoyo que necesitas para seguir. Ojalá yo pudiera hacer eso. ¿Cómo podemos ser
tan diferentes y, aun así, te quiero tanto? ©
Quiero que me
abraces, que me beses, que me susurres al oído palabras que jamás olvidaré y
vivir en un sueño que la misma realidad se ha inventado. Imposible; lo sé. Ni
siquiera vivo en la realidad; lo que es sueño creo que es realidad y lo que es
realidad me parece un sueño. Es posible que jamás te bese, que jamás te abrace,
que jamás me quieras pero lo que nunca me van a quitar son mis sueños; esa meta
que nunca llegaré a alcanzar, esos labios que nunca besaré, ese abrazo que
jamás sentiré, esas palabras que nunca escucharé pero que en mis sueños siempre
guardaré porque eres importante aunque tú no lo sepas: Te Quiero©
Quiero vivir
momentos inolvidables a tu lado, porque contigo la vida es mejor…©
A tu lado; siempre
aunque sea dentro de mi corazón©
![]() |
Nunca te olvidaré |